• 21 ENE 19

    Caries dental: 6 curiosidades que probablemente desconocías

    Pese a ser una de las enfermedades más conocidas y con mayor prevalencia, aún guarda algunos secretos

    Es una de las enfermedades más conocidas por todos y, sin embargo, aún guarda curiosidades desconocidas por muchos. La caries dental la sufre entre el 60 y el 90 % de los escolares y casi el 100 % de los adultos en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cumplir con una buena higiene bucodental, usar dentífrico con flúor, cuidar la alimentación y visitar al dentista la mantendrán lejos de tus dientes. Vamos a contarte 6 curiosidades de la caries dental que probablemente desconocías hasta ahora:


    La caries es contagiosa

    Cuando nacemos, nuestra boca está estéril y poco a poco la invaden los gérmenes. Por lo general, aquellos que provocan la caries nos los transmiten nuestros propios padres, de igual forma que pueden transmitirnos una gripe. Si tenemos caries, gestos tan comunes como besar a nuestro hijo en la boca favorecen su transmisión… porque, sí, es contagiosa. Existen, además, estudios que han demostrado que la bacteria responsable de la caries (Streptococcus mutans) no sólo la transmiten los padres, sino también los compañeros de clase, compartiendo un helado, bebiendo del mismo vaso… No obstante, la caries es una enfermedad multifactorial y la mera presencia de las bacterias cariogénicas en nuestra boca no significa que vayamos a desarrollarla, pero sí aumenta las posibilidades. Cuanto más retrasemos este contagio, mejor. 


    La caries no siempre duele ni se ve a simple vista 

    Podemos sufrir caries dental sin sentir dolor alguno. La caries no produce dolor cuando sólo afecta al esmalte, pero sí cuando alcanza la dentina y el nervio del diente. Del mismo modo, no todas las caries se ven a simple vista. Por ello son tan importantes las visitas periódicas al dentista para detectarlas a tiempo. Si vamos al dentista cuando vemos el “agujero” o sentimos dolor, probablemente nos encontremos con un absceso dental (acumulación de pus dentro del diente) o la destrucción de la pulpa. Y ya sólo habrá una solución: el empaste.


    A mayor número de ingestas, más riesgo de caries

    Al comer, nuestra boca se acidifica y se desmineraliza el esmalte dental. Tras cada comida, se produce una remineralización, pero si comemos continuamente no permitimos que ésta se produzca y seremos más propensos a la caries. Si comemos entre horas, debemos optar por alimentos sanos para los dientes: queso, yogur natural, fruta, verdura… y cepillarnos después de cada picoteo.


    Si duermes con la boca abierta…

    Si respiramos con la boca abierta mientras dormimos, corremos más riesgo de tener caries que quienes lo hacen por la nariz ya que hace que disminuya el nivel de pH de la boca y, por tanto, que se desmineralice el esmalte. Dormir de lado puede ayudarnos a evitarlo.


    La caries tiene mayor incidencia en asmáticos

    Los asmáticos suelen usar inhaladores para administrar su medicación a través de la boca. Como consecuencia, producen menos saliva y de peor calidad (pH más bajo), por lo que se incrementa la incidencia de caries. Para evitarlo, es aconsejable que nos enjuaguemos y cepillemos la boca después de cada toma.


    Los dulces no son los principales causantes de la caries

    “¿Caries? ¡Pero si mi hijo no come chucherías!”. La caries no está provocada sólo por los caramelos, gominolas y dulces. Los alimentos ricos en hidratos de carbono son los principales causantes de la caries, especialmente las formas más procesadas del almidón: pan blanco, galletas, bizcochos… También los zumos envasados o los helados, que suelen contener muchos azúcares.

    + info: Caries dental: cómo evitar su contagio