• 29 NOV 17

    Casos de ortodoncia en mordidas abiertas

    Resultados en pacientes infantiles y juveniles tratados por las doctoras Talló y Tribó de Clínica Cervera

    Si nuestros dientes no encajan bien al cerrar la mandíbula, algo falla. A este problema lo llamamos maloclusión y, de no tratarse correctamente, podría provocarnos problemas más graves de tipo esquelético y muscular. En este sentido, las patologías más comunes son la mordida abierta y la mordida cruzada. Existen varios métodos para abordar estos problemas. Uno de los más utilizados es la ortodoncia. Y, como muestra, varios resultados en pacientes infantiles y juveniles tratados por nuestras doctoras Talló y Tribó. 


    Mordida abierta


    Cuando, al morder, los dientes superiores no entran en contacto con los inferiores, sino que se crea un espacio entre ellos, hablamos de mordida abierta. Si, además, los dientes superiores no quedan por delante de los inferiores, estamos ante una mordida cruzada anterior o clase III. 


    En ocasiones, la mordida abierta puede derivar de algunos hábitos infantiles, como el uso abusivo del chupete o chuparse el dedo pulgar. 


    Caso 1


    Esta paciente tenía una mordida abierta anterior, además de una mordida cruzada derecha debido a un paladar estrecho. Al cerrar la boca, los dientes delanteros no llegaban a contactar entre sí y las muelas superiores del lado derecho quedaban por dentro de las muelas inferiores. Esto último daba lugar a una sonrisa asimétrica, ya que el mentón quedaba desviado a la derecha. 


    Concluida la primera fase del tratamiento, se ha conseguido cerrar y descruzar la mordida. Así, la paciente luce hoy una sonrisa simétrica. 


    Estos problemas de crecimiento óseo es conveniente tratarlos en edades infantiles, antes de que esa etapa de crecimiento acabe. De este modo, se evitan tratamientos más complejos y futuras cirugías. 


    Caso 2


    Antes de iniciar el tratamiento, el paciente presentaba una clase II, por un crecimiento deficiente de la mandíbula. Existía un crecimiento deficiente anteroposterior (de delante hacia atrás) de la mandíbula, una contracción del paladar en su parte anterior y una deficiencia entre incisivos superiores e inferiores muy aumentada que imposibilitaba el sellado labial. Además, había carencia de espacio para una completa alineación de los dientes. 


    Durante los seis primeros meses de tratamiento, se llevó a cabo la corrección esquelética estimulando el crecimiento mandibular y expandiendo el maxilar. En estos casos, la edad del paciente es vital, ya que resulta imprescindible que aún exista crecimiento activo, si bien iniciar el tratamiento a edades tempranas puede alargar su duración. 

    Una vez lograda la corrección ósea, el tratamiento se simplificó. Tras un año y medio más, los dientes de la arcada superior cerraban perfectamente en relación con los dientes de la arcada inferior.  

    Caso 3

    En las fotografías de perfil tomadas previas al tratamiento se ve cómo este paciente tiene el mentón y la arcada inferior muy por detrás del maxilar y la arcada superior. Ello se debe a un déficit de crecimiento del hueso mandibular.

    Para solucionar el problema, se ha recurrido únicamente al tratamiento de ortodoncia. Hoy, los dientes superiores e inferiores del paciente encajan perfectamente. Además, se ha recolocado el mentón a su posición ideal.